Lo de la comunidad hoy, es la hoja de maíz…los patios llenos de la misma reflejan la actividad que por ahora mantiene ocupados -como siempre- a los pobladores, las mujeres en grupos pequeños las deshojan o incluso desgranan ahí mismo, Yolanda y su hija Celia están inmersas en la cantidad de mazorcas aparentemente sin utilidad, pero a ellas les generará unos 700 pesos por paca.
En otro espacio, Reyna San Juan y Juana Gutiérrez hacen lo mismo pero en otra condiciones, ellas darán a 24 pesos el rollo con 18 hojas, dos veces al año según se presente “lo que queremos es trabajar, ahorita se puso bueno”.
En las casas los niños arrastran costales llenos ya de rollos listos, las hojas lucen limpias, puras, impecables. Ellas gnoran donde son llevadas y para qué, aunque saben que su destino tendrá final feliz, en obras de artesanía, flores, muñecas y tamales, el mayor mercado nacional.
Dicen que les avisaron “iban a venir con los doctores y medicinas, le damos gracias a Ulises, que nos ayuden, que se acuerden de nosotros, a ver si nos cortan el cabello, ahorita vamos, ahí lo saludan, van a tardar? Y siguen sacando la hoja lo que parecería fácil, pero el maltrato de sus manos señala lo contrario.